Para una startup es fundamental crear un equipo sólido, cargado de talento que lleve el proyecto a la cima del éxito.
Pero crear un equipo no solo debe reducirse a la selección de unos perfiles profesionales que encajen con las necesidades de cada departamento, si no que también se debe trabajar en lograr una unión y un entendimiento entre todos los miembros.
Y no es una tarea sencilla, ya que se deben tener en cuenta la personalidad de cada individuo y su forma de trabajar o entender los procesos. Además, no hay que dejar pasar la definición de los objetivos. Todas las personas tienen que tener cuáles son los suyos, y tenerlos alineados con la meta común de la organización.
El reto para los responsables de equipo, y la dirección de la startup, es cohesionar todos estos factores y conseguir un engranaje perfecto.
Para ello, existen unas claves que sería correcto atender desde el inicio de la creación de la estructura de equipo.
Tener un líder sólido
Para sostener el engranaje, es necesario la figura de una personas, o personas, que tengan la capacidad de motivar adecuadamente al equipo, transmitir confianza e inspirar compromiso, para mejorar el día a día de la empresa.
Un buen líder tiene que ser una persona con grandes habilidades sociales, que conozca a todo el equipo, les escuche y hable con ellos. Además, tiene que ser capaz de crear un clima de no frustración en la empresa, para que todos sus miembros se sientan a gusto y puedan desarrollar al máximo sus capacidades.
Fomentar las relaciones personales
Las relaciones sociales son la base de la vida, por eso, socializar es fundamental para un grupo de personas que trabajan juntas. Desde los puestos de responsabilidad es necesario observar a las personas, estudiar la forma en la que se comportan y decidir en qué momentos se puede actuar para hacer una convivencia mucho más fluida.
En este sentido, es muy conveniente promover momentos para compartir, más allá de las tareas o reuniones estrictamente laborales. Por ejemplo, reservar unos minutos al día para la “hora del café” o la “hora de la pieza de fruta”, donde las personas puedan tomar un respiro y hablar con el resto de sus compañeros; otra buena medida sería montar un comedor espacioso y agradable, donde el equipo pueda comer junto.
Son pequeñas acciones que supondrán grandes resultados para la perfecta cohesión del equipo.
Definir mecanismos estandarizados para la resolución de problemas
Con todo y con ello, es normal que surjan momentos de discrepancias entre las personas, ya sea por una diferencia en los puntos de vista o en el proceso de trabajo.
Es ahí donde haber establecido un estándar de resolución acelerará la superación del conflicto. Por ejemplo, una breve reunión con el responsable del equipo para que las dos partes expongan su razonamiento puede ser bueno para tomar una decisión intermedia y encauzar el proceso de trabajo desde una perspectiva externa.
Construir juntos los valores de la empresa
Todas las empresas tienen su personalidad, que viene definida por sus valores. Estos valores tienen que ser compartidos por todos los miembros del equipo.
Nadie conoce mejor una empresa que las personas que trabajan en ella. Por esta razón, definir los valores de forma conjunta es una gran idea para que, por una parte, tenga un carácter sólido y, por otro, aumentar el sentimiento de pertenencia de las personas con el proyecto.
¿Cómo se puede llevar a cabo? Se puede pedir al equipo que escriban en cinco papeles qué representa para ellos la empresa, y poner en común la perspectiva de cada uno. Las ideas más compartidas serán las que constituyan el ADN de la organización.
Bonificar el trabajo conjunto
Es importante reflejar que el esfuerzo se valora, es una de las mejores herramientas de motivación. Desde los responsables de departamento y la dirección se tiene que premiar la consecución de los objetivos, tanto a nivel personal como a nivel global.
Aquí aparece otro buen momento para seguir trabajando por la cohesión de equipo. Si los objetivos individuales se bonifican económicamente, se puede dar un factor más emocional a la bonificación global. Por ejemplo, una cena o salida de equipo para celebrar el trabajo bien hecho es perfecto para seguir estrechando los lazos personales; o, quizás, otra opción sería equipar el espacio de trabajo con algún objeto o elemento que el equipo necesite y pueda disfrutar en conjunto.
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