Si consideremos que hacer una pausa o un break es una pérdida de tiempo dentro de nuestra jornada laboral, estamos cayendo en un grave error. De hecho, es todo lo contrario.
Los pequeños descansos son una gran inversión para optimizar el tiempo de trabajo real, mejorar la concentración, la creatividad y aumentar la productividad.
En este sentido, es importante hacer un cambio de mentalidad, y dejar de mirar por la cantidad horas de trabajo efectivas, y empezar a preocuparnos por la calidad de ese tiempo.
Motivación
El cambio de mentalidad hacia preocuparnos por un tiempo de trabajo de calidad, se puede ver claramente en el siguiente ejemplo.
Cuando pasamos largas horas de trabajo seguidas, nuestra “fuerza de voluntad” disminuye, por lo que es muy probable que prioricemos simplemente el terminar la tarea, antes que realizarla correctamente.
Un estudio elaborado por la Universidad de Illinois demuestra que hacer descansos entre tareas nos mantendrá en la dirección correcta, y nos ayudará a no cometer errores.
Creatividad
Todos conocemos y hemos vivido lo que es pasar por un “bloqueo creativo”, en el que las ideas no llegan. Esforzarnos en conseguirlas, sin descanso, se convierte en una pérdida de tiempo.
Según David Burkus, de Harvard Business Review, habla de una investigación en la que se demuestra que cambiar a un trabajo no relacionado aumenta la creatividad y genera más ideas al volver a la tarea original.
Según sus palabras: "Las personas más creativas se toman descansos intencionados durante la realización de un proyecto, ya que, durante ese tiempo es donde las ideas comienzan a unirse por debajo del umbral de la mente consciente".
Aprendizaje
Es necesario aprender a aprovechar el tiempo de la manera más efectiva. Por ejemplo, las maratones de memorización antes de una reunión importante son un grave error, ya que no solo disminuye la capacidad de aprendizaje, si no que a la larga puede derivar en problemas graves de salud.
¿Tienes alguna duda o sugerencia?
Envíanos un mensaje